La dolencia cervical, o cervicalgia, es un problema que afecta a muchas personas hoy en día, y no es de extrañar. Pasamos horas frente al ordenador, revisamos el móvil constantemente y, en general, vivimos con un nivel de estrés que parece haberse convertido en parte de nuestra rutina. Si estás leyendo esto porque el dolor cervical te resulta familiar, queremos que sepas que no estás solo.
Este malestar es más común de lo que imaginas y puede provocar absentismo laboral, bajas de larga duración o dolencias crónicas, pero también hay buenas noticias: con algunos cambios en tus hábitos y un poco de atención a tu cuerpo, puedes aliviarlo y recuperar tu bienestar.
¿Qué es la dolencia cervical?
Antes de nada, pongámonos en contexto. La dolencia cervical no es más que ese dolor o incomodidad que sientes en la zona cervical y la parte superior de la espalda. Puede ser una molestia pasajera después de un día largo o algo más persistente que te acompaña durante semanas.
A veces, incluso puede irradiarse a los hombros o brazos. Lo importante aquí es entender qué está pasando en tu cuerpo: los músculos del cuello están tensos o las vértebras cervicales pueden estar soportando más presión de la que deberían.
Y no te preocupes si esto suena técnico; lo esencial es saber que este tipo de dolor tiene solución. Lo primero es identificar qué lo está causando.
¿Por qué duele el cuello?
Hay muchas razones por las cuales podemos sufrir dolencias en el cuello, pero estas son las más comunes:
- Mala postura: ¿te has fijado cómo inclinas la cabeza hacia adelante cuando usas el móvil o trabajas frente al ordenador? Ese pequeño gesto puede generar una gran presión en tu cuello especialmente si mantienes estas malas posturas durante largos períodos de tiempo.
- Estrés: cuando estamos tensos emocionalmente, nuestro cuerpo lo refleja. El cuello y los hombros suelen ser las primeras víctimas.
- Sedentarismo: estar mucho tiempo sentado o en la misma posición sin moverte puede hacer que tus músculos se resientan.
- Condiciones médicas adicionales: a veces hay condiciones médicas como hernias discales o artrosis que agravan el problema.
Si alguna de estas causas de dolores cervicales resuena contigo, recuerda siempre consultar a tu médico de confianza para que evalúe tu condición.
¿Cómo saber si tienes una dolencia cervical?
Los síntomas suelen ser bastante claros:
- Rigidez o dolor al mover el cuello.
- Sensación de tensión que se extiende a los hombros o incluso a los brazos.
- Dolores de cabeza (sí, esas cefaleas tensionales que parecen no tener fin).
- Hormigueo o debilidad en las manos.
Si estas molestias comienzan a ser constantes, pues realizar algunos cambios en tu hábito para aliviar el dolor.
5 pasos para aliviar el dolor cervical
Sabemos lo frustrante que puede ser lidiar con este tipo de molestias. Por eso, queremos compartir algunas estrategias prácticas y efectivas para sentirte mejor:
- Cuida tu postura:
Esto puede parecer básico, pero hace una diferencia enorme. Asegúrate de que la pantalla del ordenador esté a la altura de tus ojos y evita inclinar la cabeza hacia adelante al usar el móvil (sí, ese “cuello tecnológico” del que tanto se habla). Pequeños ajustes como estos pueden reducir significativamente la presión en tu cuello.
- Haz estiramientos suaves:
No necesitas dedicar horas al ejercicio, pero unos minutos al día pueden marcar la diferencia. Prueba movimientos simples como:- Girar lentamente la cabeza hacia un lado y luego al otro.
- Inclinarla hacia los hombros (sin forzar).
- Estirar los trapecios llevando un brazo cruzado frente al pecho.
- Aplica calor o frío:
¿Sabías que una simple compresa fría o de calor puede ser tu mejor aliada? Si sientes inflamación, usa frío; si necesitas relajar los músculos tensos, opta por calor. Es una solución sencilla pero muy efectiva.
- Relájate:
El estrés no solo afecta tu mente; también se refleja en tu cuerpo. Dedica unos minutos al día a actividades como meditación, respiración profunda, yoga o a realizar actividades relajantes que te ayuden a reducir tensiones. No tienes que ser un experto; lo importante es desconectar y permitirte un momento de calma.
- Revisa cómo duermes:
Tu descanso también juega un papel crucial. Una almohada ergonómica puede ayudarte a mantener una buena alineación del cuello mientras duermes. Y si tu colchón muchos años, quizá sea hora de renovarlo por uno que brinde mejor soporte.
Y si alguna vez sientes que el problema persiste o se agrava, no dudes en buscar ayuda profesional. Un fisioterapeuta o médico especializado puede ofrecerte soluciones personalizadas para tu caso.
Recuerda: mereces sentirte bien. Tu bienestar está al alcance; solo necesitas empezar hoy mismo con esos pequeños cambios que marcarán una gran diferencia mañana. Si quieres saber más sobre los dolores cervicales y cómo mejorarlos, contacta con nosotros. Te ayudamos a corregir tu postura con la mejor metodología Xiaxi.
Referencias: